O HOME ALMOFADA
(EL HOMBRE ALMOHADA)
Historias que salvan, cuentos que matan
Poner en marcha una nueva compañía.
O Home Almofada (El Hombre
Almohada) es el primer
espectáculo de la compañía gallega ilMaquinario Teatro. Una compañía joven
conformada por cuatro intérpretes (Melania Cruz, Laura Míguez, Fran Lareu y
Fernando González) y un director (el que escribe estas líneas). Tras conocernos
en la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia, decidimos unir esfuerzos,
pasión y trabajo constante para poner en marcha un proyecto común que nos
permitiese llevar a escena aquellos espectáculos que soñábamos realizar. Es
evidente que los tiempos que corren no son, por decirlo suavemente, propicios
para la puesta en marcha de ningún tipo de iniciativa cultural que parta como
en nuestro caso, de la nada (económicamente hablando), pero gracias al apoyo de
un considerable grupo de personas que han creído en nuestro proyecto cuando
todavía no era más que unas hojas de papel y unos cuantos diseños, hemos podido
llevarlo a cabo. Un teatro basado esencialmente en el arte del actor y asentado
en los cimientos de una compañía estable, ese “hogar” en el que sientes que
puedes hacer todo aquello que desees, habitada por gente con una serie de
objetivos comunes y con unas perspectivas artísticas similares. Un lugar desde
el que planificar, crear y experimentar buscando (siempre es una utopía) la
excelencia desde el compromiso con la profesión. También, un lugar al que regresar de otros viajes
artísticos.
La elección del texto.
Desde mis inicios como director siempre
he dudado mucho a la hora de decidir qué material literario (o no literario)
sería el adecuado para emprender un nuevo proyecto. En el caso de nuestro
primer espectáculo como compañía se barajaron muchísimas posibilidades, pero
desde que cayó en nuestras manos el texto El
Hombre Almohada no hubo
lugar a más debates ni discusiones. Las otras posibilidades se desvanecieron
ante la fuerza y la conexión que el texto de McDonagh establecía con los
miembros de ilMaquinario Teatro. Martin McDonagh es un dramaturgo angloirlandés
poco conocido en el teatro español pero que en Galicia ha sido ampliamente
representado durante la última década, con gran acogida por parte de la crítica
y del público. Esta McDonaghmanía galaica comenzó en 2006 con la
representación de A
raíña da beleza de Leenane (The beauty queen of Leenane), dirigida por Xulio Lago; continuó con Un cránio furado (A
skull in Connemara) y Oeste Solitario (Lonesome
West) dirigidas ambas por
Quico Cadaval, y cierra el ciclo (hasta la fecha), nuestro O Home Almofada (The
Pillowman).
De este autor me interesa tanto el
tratamiento de los temas que elige para sus obras como el modo en que estos son
expuestos. La violencia, la culpa, la destrucción de la inocencia, la propia
importancia de la creación artística son leit-motivs esenciales que siempre son
tratados con un profundo humor negro -negrísimo-, que entronca con autores tan
dispares como Pinter, Mamet, Tarantino, David Lynch o los hermanos Coen. Y lo
hace de un modo en el que ofrece una enorme cantidad de preguntas pero escasas
respuestas, provocando la posibilidad de un debate intenso entre los
espectadores. El texto de base escogido para iniciar nuestro camino como
compañía contaba con todas las características que buscábamos para dar
dimensión y personalidad a nuestro proyecto: una pieza dramática de gran
intensidad, profundamente atlántica, de enorme actualidad, sin concesiones, con
una riqueza lingüística que nos permitiese profundizar en la técnica textual, y
habitada por personajes complejos y profundamente humanos.
Sinopsis del Espectáculo
En un país totalitario, Katurian K.
Katurian, una escritora de macabros cuentos infantiles, está siendo interrogada
por una pareja de policías a causa de la aparición en la ciudad de una serie de
cadáveres de niños. El modus
operandi del sujeto que
lleva a cabo estos crímenes es sospechosamente similar al que ella describe en
algunos de sus relatos. A pesar de todas las evidencias que la incriminan como
responsable, ella lucha denodadamente por mantener su inocencia. Todo cambia
para ella cuando la informan de que en una celda contigua está siendo
interrogada su hermana, que padece un fuerte trastorno psicológico a causa de
los malos tratos que sufrió, a manos de sus padres, siendo una niña. Katurian
tratará por todos los medios de entrar en contacto con ella. El resultado de
dicho encuentro entre las dos hermanas disipará las dudas sobre el culpable de
los asesinatos, pero abrirá nuevas incógnitas, mucho más intensas y preocupantes...
La puesta en escena
El Hombre Almohada es un espectáculo que se presta a la
investigación sobre los mecanismos de la crueldad desde un punto de vista
tragicómico, en ocasiones inscrito en el paradigma de la comedia negra. Nuestra
pretensión era ahondar en las convenciones de un espectáculo de intriga con una
puesta en escena que tomase como base los clichés fílmicos de los que tanto
bebe el autor -cine negro, cine policíaco de los 70, Tarantino, Lynch...- sin
dejar de lado el humor negro que está presente en toda la pieza y que convive
con el tratamiento de temas tan terribles como el asesinato, la represión
policial o la tortura de niñas y niños. En este equilibrio entre drama cruel y
ciertos elementos tragicómicos pienso que radica buena parte del atractivo de
la propuesta, ya que tratamos de acercarnos a determinados temas que
constituyen un tabú en nuestra sociedad de manera que puedan arrancar una
tímida sonrisa en el espectador, pero tratando en todo momento de no caer en la
frivolidad. Este asunto provocó no pocos debates en el seno del grupo, a causa
del peligro de traspasar esa delgada línea roja hacia un extremo u otro. Por mi
parte tenía claro que el espectáculo debía de transitar por ese filo de navaja,
extremadamente delgado y afilado, entre drama y comedia negra. Si nos
deslizábamos en extremo hacia el drama, posiblemente la obra se convirtiese en
algo difícilmente soportable, cayendo incluso en una especie de melodrama
sangriento quizás poco verosímil. Si las tintas se cargaban hacia la comedia,
estoy convencido de que se perdería mucha capacidad empática y emotiva, que
creo que el espectáculo debe conservar, para que la historia que en él se narra
llegue con la mayor potencia a los espectadores.
Adaptación
Uno
de los puntos claves de la adaptación fue el cambio de género de los dos
personajes que se ven encarcelados por la policía de ese estado: Katurian y
Michal. En la pieza original (como en casi todas las de McDonagh), los
personajes masculinos tienen una importancia preponderante, quedando los
personajes femeninos en un lugar más secundario. El cambio de género que
proponemos en nuestro montaje, aprovechando las características de nuestro
elenco, se convierte en un valor en sí mismo, enriqueciendo en gran medida la
propuesta. El hecho de que Katurian y Michal sean mujeres aumenta el alcance
del debate que genera el propio texto sobre la violencia que se ejerce sobre
los niños, rompiendo los moldes tradicionales que relacionan género y
violencia, a la vez que aumenta también el grado de sorpresa y empatía del
receptor del espectáculo por los acontecimientos que va a presenciar.
Enfasis temáticos
La infancia destruída por la violencia
Este tema está ejemplarizado tanto en los
personajes de Katurian y Michal como en los dos policías, Tupolski y Ariel, así
como en los propios niños asesinados -reales- y en los que son asesinados, de
forma ficcional, en los cuentos que escribe Katurian. Todos ellos intentan
canalizar la violencia que sufrieron siendo pequeños de la mejor manera que
saben o que pueden. No se trata en ningún caso de una obra sobre “buenos y
malos”, ya que todos los personajes tienen sus razones para hacer lo que están
haciendo, y hasta un torturador puede -desde su subjetividad- pensar que su
labor está “del lado del bien”.
El poder de la literatura como agente
transformador de la realidad
Este era otro tema de vital importancia
para nosotros: la literatura, y en extensión el arte, como tabla de salvación
en un mundo hostil, como agente transformador de la realidad y como medio de
expiación de una serie de culpas, así como instrumento para dejar nuestra
huella en el mundo y pervivir en él una vez que nuestra vida llegue a su fin.
El nivel de responsabilidad que el artista tiene sobre su obra es una cuestión
que nos interesaba mucho, y consideramos que se trata de un tema muy debatido
en la actualidad: ¿hasta que punto el artista es responsable de lo que hagan
sus receptores, influídos por su creación?
Otros temas esenciales de nuestra
propuesta son:
-La familia como elemento reproductor de
los mecanismos de represión estatal.
-El precio (en recortes de libertad) que
debemos pagar por nuestra seguridad.
-La relación entre creación artística y
vida. La creación como sacrificio.
En fin...
Hasta aquí llega el artículo, mucho más
se podría decir sobre este proceso: el trabajo con los actores, los juegos
previos basados en dinámicas de lucha escénica; la colaboración esencial de
gente como Nuria Inglada, Ermel Morales, Nuria Montero, Cristina Domínguez,
Manuel Vieites, José Lameiras, Aitor Uve y los trabajadores de Xingreira
Producións; el encuentro con un escenógrafo como Luis Iglesias “Luchi” y una
vestuarista como Yaiza Pinillos, que nos han permitido hacer realidad nuestros
sueños; la magia de ver cómo, a pesar de todo, y con un gran esfuerzo, estamos
teniendo la oportunidad de confrontar nuestra propuesta con públicos muy
diversos...demasiadas cosas como para poder contarlas en un pequeño artículo
como es este que os presento. Muchas gracias a todos los que habéis dedicado un
poco de vuestro tiempo a leerlo. Salud y teatro.